La palabra cálmate ha calmado a absolutamente nadie en este mundo
Sobre la sensación de seguridad.
Hoy me pasó algo, para no hacer largo el
cuento (como dicen), iré directo a escribir sobre cómo me sentí alrededor de lo
que me sucedió, esto me llevó a recordar que hace unos 20 años atrás, yo no
estaba tan consciente sobre cómo era exponer mi integridad física, emocional,
psicológica y demás hacia el exterior. Recordé todas las veces que, por mi
trabajo y formación profesional, iba corriendo a “salvar vidas” a costa de la
mía, por supuesto, en ese entonces no estaba tan consciente de que exponía mi
propia integridad ante eso, por un lado, quien lo vea muy lejano puede
parecerle loable y hasta altruista este tipo de actividad, yo digo, es un
estilo de vida, y fue el mío por muchos años, casi la mitad de la mía, o algo
más.
Recordando esa etapa de mi vida, mirando
a retrospectiva me veo como alguien que aparentemente no le tenía miedo ni a la
muerte, ni a morir, incluso cuando tuve un arma de fuego amenazando mi vida en
segundos, si bien ese fue el primer evento que despertó mi consciencia sobre
exponer mi vida, no ha sido el único, pero cada vez me ha vuelto sensible a esa
realidad, dándome cuenta que, en verdad, amo tanto mi vida, que temo perderla,
al menos de una manera violenta, me asusta.
Ahora, me sentí amenazada en mi
seguridad, no por un evento tan grande como el que menciono, pero se acerca, me
tomó algunos minutos procesar lo sucedido para darme cuenta que es real, comencé
a asustarme y sentir miedo, poco a poco las ideas intrusivas empezaron a surgir
de la nada en mi mente y comenzaron a ahogarme sintiendo que me faltaba el aire
como si el ambiente estuviera viciado de una especie de bruma que no me dejaba
respirar. Poco a poco empecé a sentir a mi corazón cada vez más acelerado, como
un tambor que anuncia una guerra, en mi caso, la guerra de lo que mi mente creó
frente a realidad que no pasaba absolutamente nada (al menos no ese momento),
restregar una y otra vez mis manos, una contra la otra, y de pronto evidenciar
que ya temblaba de tal manera que ya no podía controlar mis músculos, ahí
paralizada en una silla sin poder articular mis piernas para dar un paso por
temor a caerme o tropezar si comienzo a andar, sintiendo mi respiración que se
iba haciendo más y más superficial, de pronto, en un halo de consciencia pude
tomar varias inhalaciones profundas para poder pensar mejor y sostenerme en ese
momento.
Si bien pude regular esta
sensación antes de que se transforme en un ataque de pánico, pude activar mi
red de apoyo, leer sus mensajes, sus palabras me acompañaron para no asumir que
estaba sola, que lo que sentía tenía una razón de ser, pero no era toda mi
realidad y que estaba bien sentirse asustada, con miedo, con ganas de llorar,
que no me pedían que me calme ni que tenga cordura en medio de algo que
amenazaba mi vida, que validaban mi sentir. Todo esto ayudó para que al cabo de
poco tiempo pueda sentir que esa bruma que comenzó a ahogarme, se dispersaba y
volvía a recuperar el control de mí misma.
Con respecto al control.
Perder el control de una misma es una de
las sensaciones más espeluznantes que he podido vivenciar, sentir que la mente
se dispara de una manera acelerada, sentir que los órganos y sistemas del
cuerpo comienzan a funcionar sin coordinación unos con otros y por ende la
sensación de no saber por dónde o cómo “calmar” es lo que me llevó a la vulnerabilidad.
Muchas veces he dicho que todas las
personas somos vulnerables frente a algo, siempre habrá algo que supere nuestra
capacidad de responder y eso nos pone en un lugar donde podemos salir
lesionados sea física o emocionalmente. En mi caso, estar en ese espacio de
vulnerabilidad me ha mostrado que no soy infalible y que soy un ser humano que
también necesita de otros para poderse recuperar, que puede pedir ayuda, que no
siempre puede estar de pie, que también llora y se desespera, que tiene una condición
de salud mental que requiere cuidado y consideración para transitar momentos
así.
En la tarde, por unos minutos me
cuestioné haber pedido ayuda hoy, me decía: “creo que exageré”; “preocupé a
otros”; “qué dramática” … etc., etc… me di cuenta que aún me cuesta habitar mi
vulnerabilidad, me cuesta dejar que otros me cuiden simplemente porque me
quieren y se preocupan, que también soy digna de ser cuidada tanto como cuido
de otros y de los míos. Eso me alivió un poco más antes de “azotarme” por lo de
esta mañana.
Tener ansiedad, no es fácil, parece que
ahora eso me ha despertado más la sensibilidad de los peligros a mi alrededor,
pero no quiero dejar que solo sea una alarma que despierta mis reacciones y
luego termino agotada físicamente, sino que me despierta una consciencia que me
ayuda a ver los cuidados que puedo tener conmigo misma y al fin dejar que
alguien (nos) me puedan sostener, que caerse, flaquear, desvanecerse, llorar,
no me hace menos valiosa, ni me quita mis logros como mujer, profesional, o ser
humano, pienso que si no fuera tan valiosa no acudirían a mi rescate quienes me
aman, me rescatan de la manera que sabe hacerlo cada persona: una llamada, un
mensaje, una pregunta, una mirada, un roce, y hasta una sonrisa con uno que otro chiste, sin cuestionarme,
ni decirme cómo debería sentirme, solo validando y escuchando cuando lloro o “exagero”
la situación.
Ahora unos tips de cómo podrían ayudar a
alguien que experimenta ansiedad: (lo comparto desde mi experiencia, puede servirle
a alguien):
- No use la palabra CÁLMATE, esta palabra ha calmado absolutamente a nadie en el mundo en todo el tiempo, alguien que experimenta ansiedad, lo primero que pierde es la sensación de control sobre sí mismo, por lo tanto “calmarse” requiere de un acto de autocontrol inmenso que, si lo ha perdido, solo aumenta la frustración porque se siente como: mier*a ni eso puedo, no puedo controlarme, no puedo calmarme.
- No invalide ni minimice todooo lo que se dice como: tengo
miedo, tengo susto. La sensación de amenaza para alguien con ansiedad es tan
real, tanto que el cerebro recepta como una gran amenaza sobre su integridad
que comienza a defenderse, y lo mejor que hace es ordenar a los sistemas y
órganos protegerse, sí, protegerse, a respirar más rápido, a bombear más
sangre, a aumentar el tránsito intestinal, y se preguntarán y todo eso en qué
ayuda a defenderse el organismo, pues simple, si percibe amenaza (real o
imaginaria) el cuerpo se prepara para la lucha, para la fuga, es decir,
calienta para la acción. Así que no nos digan: EXAGERADX, no pasa nada, no
tengas miedo.
- Pregunte cómo le puede ayudar, a veces lo mejor que se
puede hacer es preguntar qué hacer, si quiere que se vaya, si quiere que esté
presente, si quiere hablar, sino lo quiere, si lo puede tocar con un abrazo, o
si le trae algo de beber o comer, nosotros, los ansiosos en ese momento podemos
querer muchas cosas como no, estaría bueno que nos pregunten qué nos vendría
bien en ese momento, en mi caso, me ayuda un chocolate y algo de agua tibia.
- No nos digan que no lloremos, por favor, como dice la canción
de Montaner: “déjame llorar”, tal vez no identifiquemos en ese momento por qué
lo hacemos, a veces ni yo sé por qué me dan esas ganas, solo déjenme llorar, no
me veas raro, no me tengas pena, déjame llorar, de verdad que no lloraré eternamente,
va a pasar, mientras eso suceda, alcánzame un pañuelo o has lo del tip anterior:
pregunta qué necesito en ese momento.
- Y, por último, no me digas qué hacer, cómo debo sentirme
y menos intentes hacerme sentir culpable por lo que pasa, no lo sé todo, no lo
controlo todo, si pierdo el control sobre mí misma imagina el impacto de
escuchar o leer frases como: PON DE PARTE, de verdad que, si de eso dependiera,
y esa fuera la solución, de verdad que no estaría aquí compartiéndote esto, o
no habría los dibujitos de Alberto Montt (recomiendo visitar sus páginas,
él sabe dibujar la ansiedad) o tantas y tantas cosas que se ha estudiado y
escrito sobre esto, no puedo poner de mi parte en medio de una crisis si sabes
que he perdido el control (momentáneamente) sobre mí misma. No imaginas cómo
eso cala en el psiquismo con el tiempo, sentirse culpable por no ser capaz de
controlarme.
He aquí algunas
recomendaciones, si tienen algunas más, compartan, aumenten, digan, eso ayuda,
no hay una terapia perfecta ni una receta infalible, cada persona somos un
mundo y aunque compartimos la esencia de ser humanos, también compartimos la condición
de ser tan distintos.
Pd. – Les dejo la
página de Dosis diarias de Alberto Montt:
https://www.facebook.com/dosisdiarias
https://www.instagram.com/albertomontt?igsh=NzQ4em1ibWo4NGs2
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